sust. fem.
1) Mujer sabia o sacerdotisa a quien los antiguos atribuyeron espíritu profético.
2) La más importante de las profetisas de la literatura y las tradiciones griegas y latinas, mencionada por primera vez en los escritos del sabio Heráclito de Efeso (el mismo que definió a la energía como un estado de la materia) alrededor de 540 años antes de Cristo.
Nota ampliatoria:
La palabra Sibila (en griego Sibylla) parece ser de origen asiático. Se refiere que era una mujer prodigiosamente anciana que caía en estados de éxtasis religioso en los cuales respondía a las consultas mediante estrofas poéticas, muchas de las cuales fueron transcriptas y se conservan hasta nuestros días. En siglos posteriores, la Sibila siguió apareciendo en distintos santuarios del mundo griego y luego en Italia. El poeta Virgilio hace en la Eneida una descripción sobrecogedora de la consulta que hace el príncipe Eneas a la Sibila Déifobe, la Sibila de Cumas o Cumana presentando la consultación en la forma tradicional en que se consultaba el oráculo de Delfos, bajo los auspicios del gran dios Apolo y de la misteriosa y arcaica divinidad femenina que se representaba por una enorme serpiente pitón. Estas antiguas y misteriosas tradiciones sobrevivieron incluso a la arremetida devastadora del cristianismo que borró casi por completo las antiguas religiones. En efecto, en los primeros textos cristianos y judíos, entre los siglos V y I después de Cristo, se compara la palabra de la Sibila con la del rey David, como ocurre en el Dies Irae, en que se afirma: "testimonio de David y de la Sibila". Entre las más nobles representaciones de la Sibila se encuentra la pintura de Miguel Angel en la Capilla Sixtina del Vaticano.